Por Jesús Rivera
Reynosa, Tamaulipas. El lirio acuático (Eichhornia crassipes), la especie invasora que prolifera en estas fechas en el canal Anzaldúas, es más que una plaga.
La revista electrónica Tec Review del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey hace una reseña muy completa de las características, peligros que representa y posibilidades de aprovechar el lirio acuático.
Entre los más graves efectos está el hecho de que, en los lugares donde prolifera, causa problemas de oxigenación y favorece el exceso de materia orgánica.
Por esas causas el ser humano ha tratado de eliminarlo, pero su erradicación no es barata.
Investigadores de esa institución han establecido que limpiar una hectárea de lirio cuesta alrededor de 70 mil pesos.
Por otra parte, el uso de herbicidas como el glifosfato, no acaba con el problema, sino que lo aumenta porque también acaba con las algas nativas y algunas especies de peces.
El biólogo Antonio Caballero Galván manifestó que la multiplicación del lirio acuático se debe a la gran cantidad de contaminantes, especialmente de aguas residuales que van a parar al canal.
A la larga, la falta de oxígeno en el agua favorecerá la contaminación y la muerte de los peces que actualmente habitan este cuerpo de agua.
Al lirio se suma otro grave problema: La presencia cada vez mayor del “pez diablo”, otra especie invasora.
Las dos tienen en común su origen: Las selvas amazónica.
En el caso del “pez diablo” (Hypostomus plecostomus), algunas personas lo sacaron de su hábitat natural en Brasil porque servía para limpiar las peceras de suciedad.
La historia del lirio acuático es similar, ya que por sus hermosas y delicadas flores, los primeros exploradores del Amazonas pensaron que era buena idea llevarlos a otros países como plantas de hornato, hasta que llegó a los cuerpos lagunares, donde se convirtió en una pesadilla.
(Las fotos fueron tomadas el día de hoy a ras de suelo).