Por Pegaso
He visto en las redes sociales dos versiones muy distintas de lo ocurrido el fin de semana anterior cuando fue rechazada la Reforma Eléctrica propuesta por el Pejidente ALMO.
Los partidos de la oposición, PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano se apuraron en manifestar su alegría por el descalabro que eso representó para el Peje del Ejecutivo.
Inmediatamente circularon los memes donde se ve la cara del cabecita de algodón todo chamuscado, con los pelos parados y la leyenda: “¡Electrocutado!”
Pero luego, los chairos oficialistas se aventaron un chorizón donde comparan a ALMO con un virtuoso jugador de ajedrez; con la estrategia propia de un Capablanca, la intuición de un Fisher, el virtuosismo de un Kasparov, la audacia de un Alekhine, la magia de un Thal, la genialidad de un Morphy, la persistencia de un Kárpov, la gracia de un Nimzóvich o la perfección de un Carlsen.
Según éstos, los opositores fueron tan inocentes como un niño de kínder, quienes cayeron en la trampa tendida por el habilidoso maestro del engaño.
ALMO ya sabía que no se le aprobaría la Reforma Eléctrica, pero para eso, tenía un Plan B, que era proteger la explotación del litio, material considerado estratégico por la elevada demanda que tiene para la producción de baterías de celulares, computadoras y autos.
Pero además, se evidenció a los ambiciosos diputados que se dejaron sobornar por los maquiavélicos cabilderos de Iberdrola y otras empresas transnacionales que querían seguir haciendo negocio con la venta de electricidad en México.
“Traidores”, “vendepatrias”, son los epítetos que la chairiza les aplica ahora a los legisladores panistas, priístas, perredistas y emecistas, porque atendieron intereses extranjeros en lugar de vigilar por el bien de los mexicanos.
Esto, dice el chorizón, será una formidable arma política que el viejón esgrimirá de hoy en adelante contra sus detractores.
Y los candidatos de MORENA aprovecharán el rico filón que se les da en charola de plata, no solo para esta elección, sino para las siguientes, per secula seculorum.
Pronto veremos a los abanderados morenistas calificar de traidores a la patria a todos los que se cobijen con la bandera del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano.
Solo he encontrado una similitud entre el tema de la Reforma Eléctrica, hoy rechazada y el ajedrez: Que en el juego ciencia cada jugador debe anticipar los movimientos del otro y llegar a una situación donde obliga al contrario a realizar una o varias jugadas donde, cualquiera que realice, lo llevará a la perdición.
Se supone que si la oposición votaba en contra de la Reforma y esta no era aprobada, perderían. Y si votaban a favor, también perderían.
Yo prefiero esperar un poco para ver los resultados reales de esa votación.
Por lo pronto, debo decir que yo tengo otros datos.
La Ley que regula el funcionamiento de la Comisión Federal de Electricidad, tras las modificaciones que aplicó el expresidente Enrique Peña Nieto, permitía la inversión privada extranjera, lo cual puede resultar positivo si se cuida el tema de la corrupción.
Compañías como Iberdrola, de pronto, empezaron a hacer jugosos negocios asociándose con gobernadores gandallas, como Cabeza de Vaca en Tamaulipas, donde se llenó de parques eólicos, aprovechando que no pagaban por el uso de las instalaciones de la CFE y obteniendo ganancias estratosféricas.
Bastaba solo con quitar los artículos que permitían esos abusos y aplicar la ley de manera rigurosa.
Hasta donde yo sé, en los países más avanzados es la Iniciativa Privada y no el gobierno el que produce electricidad.
Mantener a la CFE como un monopolio representaría un retroceso, y hasta donde sé, las leyes en nuestro país son progresivas.
Cuando a mí me sale, por ejemplo, un recibo de 50 mil pesos, aunque yo tenga un consumo de tipo doméstico y mi historial haya sido de mil o mil quinientos pesos, no hay poder humano que convenza a la Comisión Federal de Electricidad, o a quienes la manejan, de que yo tengo la razón. Primero debo pagar los 50 mil pesos y después van a revisar mi medidor a ver si tiene alguna falla.
Y no existe un mecanismo para que me devuelvan mi lana, porque la PROFECO es también una entidad gubernamental.
También con la explotación del litio es igual. No se requería de una reforma a la Ley Minera, porque ya está en la Constitución que las riquezas naturales y del subsuelo son propiedad de la Nación.
Basta con aplicar la ley y evitar la corrupción, materia en la que, por desgracia, los mexicanos somos campeones mundiales.
Viene el refrán estilo Pegaso: “Abstente de proporcionarme, únicamente asígname en el sitio donde existe”. (No me des, solo ponme donde hay).