Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Ya no es la Casa del Pueblo, sino de Cabeza

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Editorial


Reynosa, Tamaulipas. Desde la tarde del 9 de marzo de este año, el edificio del Congreso de Tamaulipas dejó de ser la Casa del Pueblo para convertirse en la casa del Gobernador.

Los diputados locales del PAN, tras arrebatar a MORENA la mayoría y consecuentemente, la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), ordenaron que se quitara la manta que había colocado desde octubre del año pasado la entonces mayoritaria fracción parlamentaria morenista.

Solo faltó que en ese lugar pusieran los ominosos cuernos azules.

“Todo volvió a la normalidad”,-se lee en algunas notas periodísticas, como si la normalidad fuera que el Congreso esté secuestrado y maniatado por el Ejecutivo.

Un tema que no se discute mucho es lo que se conoce como “La banalidad del mal“. (Abrir hipervínculo).

Sucede cuando sabemos que algo está mal, pero lo pasamos por alto o lo consideramos normal, porque nos familiarizamos con él.

Es lo mismo que ocurrió durante muchos años con la delincuencia organizada.

Tan enraizada estaba en nuestra sociedad, que lo veíamos normal, y para nadie resultaba extraño tener un primo narcotraficante o ser compadre de algún jefe criminal.

Las cosas se salieron de control y pronto nos dimos cuenta de nuestro error. Ahora todos nos lamentamos por la inseguridad, los altos índices de delincuencia y las masacres que ocurren un día sí y otro también.

Por desgracia, eso también se está haciendo banal. Pronto nos acostumbraremos a que desaparezcan nuestros familiares o a que se nos despoje de nuestros bienes. Todo es cuestión de tiempo para que se convierta en algo banal.

En el caso del Congreso de Tamaulipas, cuando vemos las notas periodísticas que aseguran que las cosas “volvieron a la normalidad”, la pregunta es la siguiente: ¿Desde cuándo es normal que uno de los tres poderes controle a otro?

Es normal que haya cooperación entre Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pero lo que no es normal es que el Gobernador meta las manos para manipular a un Congreso que se supone, debe ser Libre y Soberano.

En eso consiste precisamente la República: En la división de poderes.

De lo contrario, estaremos en presencia de una tiranía.

 

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