Editorial
Al Congreso del Estado de Tamaulipas solo le duró el gusto de ser libre y soberano durante 160 días, desde el 1 de octubre en que tomó protesta hasta hoy, 9 de marzo en que se consumó la mayor infamia de que se tenga memoria en la historia reciente de la entidad.
El golpe de estado, o albazo, como se quiera llamar, donde la Junta de Coordinación Política pasa nuevamente a estar bajo el control del Ejecutivo, es el preludio de la vuelta a la normalidad en Tamaulipas.
El Gobernador solo perdió momentáneamente el manejo del Congreso, pero este ya regresó a sus manos, gracias a la traición que desde las mismas entrañas de MORENA se fraguó en contra de los intereses de Tamaulipas.
México es una República Federal, es decir, se compone de un grupo de Estados unidos bajo un Pacto Federal.
Se rige bajo un sistema democrático. Es decir, que la ciudadanía elige a sus gobernantes y representantes, aunque a decir verdad, eso siempre ha sido una falacia, porque la voluntad popular se tuerce bajo los intereses de los poderosos.
Pero en toda democracia existe otro principio: El de la separación de poderes.
Los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben estar separados y ser independientes. En una democracia sana, ninguno de ellos debe estar controlado, supeditado o sometido a otro.
El Ejecutivo se encarga de ejecutar los programas gubernamentales que hacen llegar los beneficios a la oblación, y a cambio, ésta paga sus impuestos y participa en los procesos electorales.
El Legislativo tiene a su cargo la emisión de leyes, pero también la vigilancia de la adecuada aplicación del presupuesto.
En tanto que el Poder Judicial está destinado a aplicar la justicia, sin distinción alguna.
Hoy por la tarde, gracias a las carretadas de dinero que se utilizaron para “convencer” a algunos diputados del partido que hasta este día fue mayoría en el Congreso, MORENA, se acordó cambiar al Presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO).
En lugar de Armando Zertuche Zuani, quien mantenía una postura crítica hacia el Gobierno del Estado y constituía un verdadero contrapeso político, fue nombrado Félix Fernando García Aguiar, panista.
Hubo traiciones al interior de MORENA. Se dice que fueron a cambio de grandes sumas de dinero.
Pero no solo eso, en columnas políticas se aseguró que el Presidente de la República pactó con el Gobernador para que gane el Candidato de MORENA a cambio de que éste saliera libre de toda acusación, el próximo 30 de septiembre.
Y si el propio líder moral de MORENA traiciona, ¿de qué no serán capaces los de más abajo?
No vale la pena escribir sus nombres aquí. Ya son del dominico público y será la Historia la encargada de juzgar sus actos.
Lo que sí es un hecho concreto es que el Congreso de Tamaulipas volverá a tener una actitud sumisa al Gobernador, por lo menos de aquí a que este termine su mandato.