Por Pegaso
No creo que se les pase a los fifíes, neoliberales y aspiracionistas, ahora que está en ciernes un nuevo conflicto armado que podría tener alcances mundiales, la oportunidad para revivir el viejo sueño de independizar a los Estados del Norte del país.
Y digo viejo sueño, porque hace dos siglos, en pleno gobierno de Antonio López de Santa Anna, las provincias de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, junto con Texas, crearon lo que se conoció como la República del Río Grande, y tenía su capital… ¿dónde se imagina usted? ¡Pues en Nuevo Laredo!
Ya en nuestra época, se ha gestado un movimiento independentista llamado “República de México del Norte”.
El diario Milenio, en un artículo de Mariana R. Fomperosa, fechado el 12 de octubre de 2017, expresa que los separacionistas argumentan una “diferencia en las culturas y en la forma de vida” de los Estados norteños con respecto al centro y sur del país.
Según el diario, la iniciativa surgió de profesionistas y académicos bajo el argumento de que “no es posible que a tanto tiempo, el sur y el centro presenten muchos rezagos y desigualdades económicas, políticas, de distribución del gasto público del centro, que es donde se despilfarra y se embolsan dinero que en esta región es necesario”. (La cita es textual).
Aunque a decir verdad, desde el 2018 ya no he escuchado o leído más acerca de ese ambicioso proyecto.
De todos modos, como una aportación cultural, diré que los Estados que supuestamente formarían parte del nuevo país serían Baja California Sur, Tamaulipas, Coahuila, Sinaloa, Durango, Nuevo León y Chihuahua.
Pero hubo un intento un poco más serio como respuesta a la llegada al poder del Pejidente ALMO: El Nortexit.
A la usanza del Brexit, donde Inglaterra se separó de la Unión Europea, los Estados mexicanos de Baja California Sur, Baja California Norte, Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Nayarit, Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, Zacatecas, Coahuila, San Luis Potosí, Nuevo León y Tamaulipas, buscarían separarse de la parte más atrasada del país.
Infobae considera esto una utopía surgida del encono entre los integrantes de la Alianza Federalista, actualmente desmembrada, y el Peje del Ejecutivo Federal.
“El Nortexit refiere a una supuesta balcanización de la República Mexicana, dejándola dividida en dos: Norte y sur”,-señala ese portal.
Decía al principio que la división del país que un día sí y otro también fomenta el Pejidente desde las mañaneras, podría darles malas ideas a fifíes, neoliberales y aspiracionistas para revivir su sueño largamente acariciado.
Tanto la Primera Guerra Mundial, como la Segunda, generaron importantes cambios geopolíticos en la Europa del Siglo XX.
Si la invasión rusa a Ucrania desencadena una Tercera Guerra Mundial y nos toca algo de ese conflicto, créame que será un pretexto válido para los malvados y antipatriotas separacionistas que no quieren para nada al cabecita de algodón.
Por eso aquí nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “El individuo valeroso goza de la fuerza vital hasta que el medroso lo desea”. (El valiente vive hasta que el cobarde quiere).