EDITORIAL
Reynosa, Tamaulipas. El Senador Ismael García Cabeza de Vaca dio una rueda de prensa esta mañana, en el café Sánchez de esta ciudad.
Por la tarde, sostuvo reuniones con grupos de panistas que apoyan su posible postulación como candidato a gobernador de Tamaulipas.
Ayer, su hermano, el actual Gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca encabezó una reunión con los otros tres aspirantes: César Verástegui, Gerardo Peña y Jesús Nader, donde también Ismael hizo acto de presencia.
Hoy, en campaña abierta, pregona ante simpatizantes que él será el abanderado panista.
La militancia del PAN y la ciudadanía se preguntan si podrán soportar otros seis años de cabecismo.
En los cinco años que van del Gobierno de Francisco, la deuda externa ha crecido exponencialmente, mientras los adeudos a proveedores se acumulan.
La 65 Legislatura encontró faltantes por 17 mil millones de pesos, de los cuales se han podido solventar solo 5 mil millones.
Además, temas como la violencia no han menguado.
La obra pública y la infraestructura también presentan serias deficiencias, y por ejemplo, el Centro de Convenciones que se maneja como la obra emblemática de este Gobierno en Reynosa, es casi un elefante blanco, porque solo se utiliza para eventos políticos.
El Gobierno estatal organizó y promovió dos grandes ferias regionales, una en Tampico y otra en Ciudad Victoria, más no en Reynosa, donde la vocación del Centro de Convenciones es precisamente la de un recinto ferial.
Por otro lado, el Gobernador tiene vigentes acusaciones por delincuencia organizada, defraudación fiscal y uso ilícito de recursos públicos, con la amenaza del desafuero.
Por todo eso y más, los habitantes de Tamaulipas se preguntan qué pecado cometieron para merecer en el Gobierno a otro Cabeza de Vaca.