Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Poderes

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Por Pegaso

Un lector me preguntó el otro día cuál de los tres poderes en que se divide la Federación es más importante y yo realmente no supe qué contestarle, porque no soy abogado, jurisconsulto, letrado, legista, jurisperito, picapleito, intercesor, tinterillo o leguleyo, sino un simple picateclas que plasma su humilde opinión en este valioso espacio que me brinda el prestigioso portal en que ustedes me están leyendo.

Puse la pregunta a consideración de los especialistas en el tema en un conocido chat de WhatsApp, pero no hubo respuesta. Lo que me hace suponer que ninguno de mis dos o tres lectores es abogado constitucionalista.

Sin embargo, para tratar de contestar esa interesantísima pregunta debemos tener en cuenta lo siguiente: En una República Democrática ideal, federalista, deben existir tres poderes: El Legislativo, el Judicial y el Ejecutivo.

El Legislativo se encarga de hacer leyes. Está integrado por individuos que se supone, tienen conocimientos de diferentes áreas, por ejemplo, el campo, la industria, el comercio, la minería, el deporte, la ciencia, el arte, etcétera. Los más destacados de cada campo deben presidir la Comisión que les corresponde y buscar la manera de proponer iniciativas, que después se conviertan en leyes. Esas leyes deben ser progresivas siempre, es decir, de beneficio para el pueblo.

El Poder Judicial revisa que esas leyes se ajusten al Espíritu de la Constitución. Si se contraponen a ella, no deben pasar, o deben ser revisadas para su corrección. Son individuos con carrera, es decir, verdaderos peritos en interpretar las leyes. Por eso existe una herramienta llamada Hermenéutica Judicial que brinda sentido a esas interpretaciones.

El Poder Ejecutivo es solo eso. Se encarga de ejecutar lo que dicen los otros dos poderes. Por supuesto que el Presidente, es decir, el titular de ese Poder, tiene derecho a veto, pero nunca ese derecho debe ir en contra de lo dispuesto por la Constitución.

Cada Poder es igualmente importante en su esfera de competencia. Decía un amigo que es más importante el que es electo por El Pueblo, porque a final de cuentas la Soberanía radica en El Pueblo. Y sí, tiene toda la razón.

El pueblo elige Presidentes, diputados y senadores mediante una elección democrática. Pero tras esa elección, debe abstenerse, porque le ha dado la confianza a esos representantes para que decidan por Él.

Hay instrumentos como el Plebiscito, la Consulta Ciudadana o el Refrendo que sirven para corregir lo que está mal en el Gobierno, sin embargo, en la mayoría del tiempo El Pueblo debe dar su confianza a sus representantes para que éstos hagan lo mejor que convenga a todos.

Eso es, como dije ad supra, lo que ocurriría en una República Democrática y Federalista ideal, pero México está muy lejos de serlo.

Aquí no manda ni el Poder Ejecutivo, ni el Judicial, ni el Legislativo, ni el Pueblo. Hay dos poderes agazapados que son los que realmente dictan lo que ocurre en México: La Facción en el poder y la Delincuencia Organizada.

No nos hagamos tarugos, como decía La Chimoltrufia. Somos un país fallido.

A ver, si realmente se hubiera querido tomar en cuenta al Pueblo, ¿no habría sido necesario hacer una consulta nacional sobre si debería combatirse al narco o adoptar la política del avestruz de “abrazos, no balazos”?

Creo que uno de los problemas más graves del país es el de la inseguridad y no vale decir: “Pues es que el líder carismático dice que es mejor defender la vida, aunque se trate de delincuentes”.

O sea, que si el líder carismático dice que nos arrojemos de cabeza al barranco porque eso es lo mejor para todos, ¿nos arrojaremos?

La Constitución dice que al delito se le debe combatir con todo el peso de la Ley y toda la fuerza del Estado.

Tampoco se vale decir que países como El Salvador, que ha combatido con éxito a las pandillas, no se pueden comparar con México, ya que el problema aquí es mucho más grande. Sí, lo es, pero también tenemos un Ejército más grande, mejor equipado y mejor capacitado.

La política de “abrazos, no balazos” no dio el resultado que esperaba el pasado Gobierno. Por el contrario, la delincuencia y la impunidad crecieron y el pueblo vive aterrorizado.

Por último, en cuanto a la pregunta del lector, quisiera responder con una interpretación muy personal: En una República ideal, no en la simulación que tenemos, los tres poderes son igualmente importantes y en caso de una controversia, los tres aportan elementos y la definición se da por mayoría, es decir, cuando dos de ellos estén de acuerdo. Eso es la democracia representativa.

Y no digo más, porque me expongo a que algún experto me ponga como camote.

Viene el refrán estilo Pegaso: “¡En este momento, instrumento musical de cuerdas y arco, ya te manipuló un preceptor!” (¡Ora sí, violín de rancho, ya te agarró un profesor!)