Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Líderes Competitivos

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Por Marcos Olivares

EL LIDERAZGO EN LA ADOLESCENCIA

El pasado fin de semana después de la grata visita de mis nietos en casa, tuve un espléndido espacio para reflexionar sobre los juegos olímpicos, llenos de colorido, fastuosidad, alegrías, tristezas, pero sobre todo el momento de la clausura, donde mi mente se vio confundida, no alcanzaba a entender como la Humanidad podía vivir momentos de gozo juntos, donde no existía la enemistad, ni el egoísmo, no se arrebataban las medallas como sus países se arrebatan territorios y riquezas naturales; no se vislumbró el racismo, ni el desprecio religioso.

Los jóvenes le dieron al mundo una muestra contundente que cuando la competencia practica el “Fair Play” éste puede girar sin perder su eje de rotación; sus pobladores pueden convivir sin estar cometiendo crímenes de lesa humanidad, sin odios ni guerras impunes; se reconocen como hermanos, como miembros de la misma especie, se abrazaban personas de todos colores y religiones, no vi a nadie esbozar alguna cara fastidiada ni triste, por el contario, solo gente alegre.

Me preguntaba constantemente, como es posible que cerrando este hermoso capítulo humano, continúen las guerras, las luchas por el poder, las batallas por el dinero, los odios racistas y religiosos, y más malquerencias humanas.

Después de tanto darle vueltas al tema, me convencí que la llave de todo esto no está en esta generación, está en la próxima, pero es nuestra responsabilidad dejarles las herramientas y condiciones necesarias para que generen el cambio.

A nuestra sociedad le hace falta jóvenes preparados, responsables consigo mismos y con sus congéneres, con mentalidad sustentable, y con un alto amor por la tierra y sus especies vivientes.

La etapa juvenil de las personas está trazada con una alto nivel de cambios físicos, psicológicos y sociales, con un alto grado de sensibilidad confusa, donde se quieren comer el mundo sin contar con los dientes suficientes para masticar dicha etapa de la vida, siendo  común que no degluten correctamente las experiencias y hierren en sus decisiones.

El mundo joven actual, está marcado entre otras cosas por una ambiciosa y constante “tarea” de reafirmación del yo, de manera más frecuente constatamos el esfuerzo desmedido que realizan por ser aceptados en las redes sociales.

Ese anhelo de significación y reafirmación personal saturado de narcisismo, promovido por  las redes sociales, produce una adicción y una puesta del valor personal en la aceptación de los demás, en la popularidad, en seguir modas y tendencias que en la gran mayoría de casos solo conducen a la soledad y al sin sentido.

Dado que en esta etapa se desbocan por alcanzar la tan ansiada y controversial autonomía, que les genera una tormenta de confusiones y no saben como hacerlo, buscan respuestas y crean más dudas y vacíos, por ello resulta fundamental la intervención de personas o maestros que no sólo estén dentro de casa, si no que puedan influenciar positivamente en situaciones que se dan fuera de esta, que faciliten y den criterios de vida sólidos para que los adolescentes puedan hacerle frente a los desafíos que tienen por delante, sean inspirados por modelos de vida que denotan confiabilidad por la integridad y coherencia con la verdad y con capacidades muy bien desarrolladas y puestas al servicio de la sociedad.

El liderazgo es una cualidad que se busca y atrae a muchos, esta disciplina tiene distintas acepciones, una de estas y muy importante es la de hacer lo correcto, sin embargo, primero hay que poner los medios para hacer una búsqueda profunda y sincera, con miras a  determinar a donde queremos ir y como lo vamos a conseguir.

Esto requiere un entrenamiento continuo de introspección para conocer lo particular y único que tiene cada uno, talentos, pasiones, valores, temperamento, historia personal, conocimientos, carácter y experiencia, hay que revisar detenidamente las momentos significativos que han marcado un antes y un después en la vida, de manera que vayan descubriendo patrones de comportamiento positivo que se constituyan en hábitos buenos.

Una vez que se tienen las metas (liderazgo) definidas y alineadas a la personalidad de cada quien, se pasa a la acción de poner los ideales en práctica, para ello resulta fundamental adquirir potenciadores, que estén conformes a la realidad, que respeten y valoren lo que nos hace comunes y distintos. Esta experiencia les devuelve y en otros casos confirma la excelencia de ser, el valor que se tiene en virtud de la naturaleza humana, y corresponder al ideal que uno aspira, sin importar la condición, sexo, raza, y demás condiciones humanas.

Son estos paradigmas los que van a darle una visión de si mismos y de la realidad verdadera, de manera que en el de venir diario aprendan y comiencen a entrenar y disponerse a la tomar decisiones, con ello van a comenzar a hacerse cargo de si mismos, aumentar la conciencia y responsabilidad de sus acciones.

El liderazgo personal basado en la autenticidad, fomenta y facilita relaciones de amistad sincera e impulsa, que los adolescentes aprendan a ver la realidad con ojos críticos y de servicio, un elemento esencial de cualquiera que aspire a ser un líder de si mismo y de los demás.

De esto lo abordaremos en los siguientes capítulos, tema que nos brinda una riqueza inigualable.