EDITORIAL
Desde hace más de dos meses, los usuarios de redes sociales como Facebook y Tik Tok hemos visto cómo personas sin ningún conocimiento de meteorología, pero con un agudo sentido del oportunismo, juran y aseguran que el huracán Alberto será el más poderoso y devastador de la historia.
Algunos afirman que será de categoría 6, la cual no existe, porque la escala Saffir-Simpson solo llega hasta el 5.
Intentando conseguir visualizaciones, likes y compartidos, los influencers han generado una gran expectativa sobre lo que será el primer ciclón tropical de la temporada, el cual, desde enero de este año recibió el nombre de Alberto.
Tanto es así que ahora se le conoce como el “huracán de los influencers”.
En este momento, cuando apenas es un disturbio atmosférico con potencial ciclónico, los influencers arremeten con más fuerza, acompañando sus datos ambiguos, pero alarmistas, con fotografías de ciclones anteriores
Mucho han criticado a los periodistas por el amarillismo que algunos utilizan, pero los influencers han redefinido el sensacionalismo.
Aún cuando todavía no se forma ni siquiera una tormenta tropical, ya están anunciando catástrofes e inundaciones para todas las poblaciones de Tamaulipas, Nuevo León y Texas.
En su narrativa, Alberto será el huracán más devastador de que se tenga registro, pero no presentan argumentos basados en realidades, como los algoritmos que usan las agencias climáticas para anticipar la fuerza y trayectoria de un fenómeno tropical.
¿Consecuencia? Se ha creado un clima de pánico en la población, que no deja de repetir que será el huracán más fuerte de la Historia.
La recomendación es estar pendiente de información generada por fuentes serias, como el Centro Nacional de Huracanes, el Servicio Meteorológico Nacional, la Comisión Nacional del Agua y Protección civil.