Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Alien

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Por Pegaso

Yo tengo una teoría, a ver si mis dos o tres lectores están e acuerdo conmigo: Jaime Farssán es un alien.

Ahora que instituciones de gran prestigio mencionan que los alienígenas pueden estar viviendo con nosotros, disfrazados de seres humanos, es preciso recordar la película de Hollywood Hombres de Negro (Men in Black, por su nombre original en inglés. Año de estreno: 1997. Director: Barry Sonnenfeld. Protagonistas: Tommy Lee Jones, Will Smith, Linda Fiorentino, Vincent D’Onofrio y Rip Tom), donde la premisa central es esa: Distintas civilizaciones estelares conviven en La Tierra desde hace décadas.

Pues bien. Creo que he dado en el clavo. Jaime Farssán es extraterrestre.

¿En qué baso mis conclusones?

Pues bueno. Desde que empezó a hacer sus pininos en la televisión, ayudándole a Pedro Feliz, “El Cejas”, aquel que decía: “Un mundo nos vigila”, Farssán ha conservado la misma melena, bigote tupido y barba poblada. Siempre se le ha visto encorvado, con los ojos saltones y mirada de loco.

¡No! A mí no me engaña. Debe pertenecer a una raza extraña proveniente de algún lugar de la galaxia Andrómeda. Seres que han dominado los viajes interestelares a través de agujeros de gusano, o mediante algún sistema de propulsión que permita desplazarse a velocidades superiores a la de la luz.

Farssán es como El Hombre Araña. En realidad, toda sus propias fotos de sus mismos congéneres.

Peter Parker, el Hombre Araña, coloca la cámara fotográfica en un poste cercano gracias a su telaraña. Luego, se agarra a madrazos con algún villano, mientras el aparato dispara en repetidas ocasiones.

La diferencia entre éste y Farssán, es que las fotos sí le salen claritas, claritas, en tanto que nuestro ufólogo de cabecera parece que tiene pulso de maraquero, porque siempre le salen borrosas y alejadas.

En esta época en que cualquier celular pinchurriento de gama baja puede tomar instantáneas nítidas y utilizar un superzoom con el que se le pueden ver los piojos a un astronauta que anda en La Luna, es hasta absurdo pensar que no se puedan tomar buenas fotos de los OVNIs, o FANIs, como se les dice ahora.

Ya me imagino a Jaime Farssán, cuando termina de hacer su programa Tercer Mileño: Se va a su camerino y se empieza a quitar el disfraz de terrícola. Saca primero las antenas, luego desenvuelve los tentáculos hasta quedar en su apariencia original, suspirando aliviado tras llevar sobre sí un horrible y avejentado envoltorio.

Y como él hay muchos en La Tierra y en México. Ahí está otro ejemplar que sale todas las mañanas en la televisión.

Pero también sospecho, por ejemplo, de El Teacher Tópez Lóriga, ¡de Chóchil Cálvez!, de Brozo, el Payaso Cochambroso, de Luis Mirrey, que cada rato cambia de cara, de Tristian Nomal, quien masca chicle, pega duro y tiene viejas de a montón, ¡Tururú!, del Potrillo Alejando Frenández, que a veces se le ve con nalgas y en ocasiones, desnalgado…

A nivel internacional, no me cabe la menor duda de que Javier Nilei, el Presidente de Argentina, pertenece a una malévola raza alienígena, con su cara de loco y melena ridícula; lo mismo digo del Presidente de Corea del Norte, Kin Kon Kun, así como el ruso Bladimir Putón y el gringo, Pepe Briden, que cada rato se queda congelado, tal vez porque no le cae muy bien el oxígeno de nuestra atmósfera.

Mis dos o tres lectores tendrán sus propias listas, pero con esta que les he dado, tengan la seguridad de que no estoy equivocado: Los aliens están entre nosotros, disfrazados como personas comunes y corrientes.

Viene el refrán estilo Pegaso, cortesía de Ripley: “¡A pesar de que Usted se resista a dar crédito!” (¡Aunque Usted no lo crea!)