Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

El Motivo

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EDITORIAL

Hoy es domingo 16 de junio de 2024.

Ayer, el Presidente de la Federación Rusa, Bladimir Putin ofreció una salida para terminar la guerra contra Ucrania, pero claramente esta es inaceptable: Ceder la tercera parte del territorio ucraniano.

De tal manera que la guerra entre naciones continuará.

Mientras tanto, en el Oriente Medio se recrudecen las hostilidades entre Israel y los países árabes que lo rodean.

Más allá, en Asia, Corea del Norte se prepara para pasar al siguiente nivel con Corea del Sur.

Hay otros puntos calientes, pero estos son suficientes para estallar una Tercera Guerra Mundial

En este año, los países que tienen ojivas nucleares en su inventario son los siguientes:

Rusia 4,380, Estados Unidos 3,708, China 500, Francia 290, Reino Unido 225, Pakistán 170, India 170, Israel 90 y Corea del Norte 50.

Suficientes para borrar del mapa a toda la Humanidad, si la escalada de violencia entre los países continúa y se transforma en un tercer conflicto mundial.

Pero hay un motivo por el que las potencias deben pensarlo más de dos veces antes de hacer uso de su arsenal nuclear. Y no es la contaminación radioactiva o el genocidio.

El motivo por el cual se debe omitir el uso de armas nucleares es la posibilidad de que un asteroide de los llamados “asesinos de planetas” impacte en el nuestro.

No habrá un lugar en todo el mundo donde podamos escondernos, como sí puede haberlos en una gran guerra.

Debemos reservar los misiles balísticos con cabezas nucleares para tratar de detener con una especie de “muralla de fuego” a cualquier posible amenaza espacial.

Y no estamos hablando de un plazo muy largo. Ya han pasado muy cerca de nosotros asteroides del tamaño de una ciudad. Afortunadamente solo nos han “rozado”, pero no siempre vamos a tener tal suerte.

De acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA), el 14 de febrero de 2046 un asteroide del tamaño de una alberca olímpica (unos 50 metros) podría chocar contra La Tierra. Se le conoce como 2023 DW o El Asteroide de San Valentín.

Lo bueno es que es uno de los pequeños y la posibilidad de impacto es de un 0.18%, muy baja.

Pero no nos alegremos aún.

Hay multitud de asteroides que pululan en el vecindario, como el 7482 (1994 PC1), con un tamaño de más de un kilómetro. Este cuerpo celeste pasó a solo 2 millones de kilómetros de la tierra en enero de 2022 y volverá a acercarse en el año 2105.

Pero sin duda alguna, el asteroide más peligroso de la última década fue 2022 AE1, el cual tenía un nivel de amenaza superior a cualquier otro cuerpo observado en los últimos diez años.

Sin abundar más, el mundo mantiene una constante vigilancia del espacio para prevenir un posible impacto con La Tierra.

Aunque clasificadas como películas de ciencia ficción, Impacto Profundo (Deep Impact) y Armaggedon son la síntesis de todos nuestros miedos en cuanto a amenazas espaciales se refiere.

En Deep Impact, el Presidente de los Estados Unidos, protagonizado por Morgan Freeman, hace una confesión cuando está dando la noticia a los norteamericanos sobre la inminente llegada de un “asesino de planetas” con Evento Ligado a la Extinción (ELE): Se usaría todo el arsenal nuclear de Estados Unidos, Rusia y los demás países con poderío nuclear para tratar de detener la amenaza.

Ante un cuerpo estelar de dimensiones superiores a un kilómetro, sería difícil pulverizarlo o siquiera, desviarlo, por la enorme velocidad a que se desplaza.

Sin embargo, la Humanidad lo intentará. Saldrán miles de misiles balísticos con ojivas nucleares que detonarán simultáneamente cerca del cometa o asteroide como una gigantesca “muralla de fuego”.

Pero si no tenemos armas nucleares porque ya las hemos utilizado contra nosotros mismos, ¿cómo demonios los vamos a detener?