Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

No hay quien frene a los influencers

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Guadalajara, Jalisco. A la fecha no existe una reglamentación que ordene y ponga límites a las actividades que realizan los influencers en las redes sociales.

Al ser su único objetivo obtener más “likes” y un mayor número de “seguidores”, los influencers exponen no solo su vida, sino la de terceros.

Contar con un público de varios millones de “seguidores” los ha convencido de que son inmunes a cualquier acción de la justicia e incluso, llegan a creerse inmortales.

Tal es el caso de Sofía Cheung, una influencer de origen chino que murió en un acantilado al tratar de tomarse una selfie para sus admiradores.

Por su parte, la mexicana Odalys Santos, quien subía fotografías donde lucía su atlético cuerpo de fisiculturista, falleció luego de someterse a un peligroso tratamiento contra la sudoración.

Por otra parte, la influencer también mexicana Yoseline Hoffman, mejor conocida en las redes sociales como “YosStop”, aún permanece en la cárcel bajo el cargo de pronografía infantil.

Según una definición, un influencer es aquella persona que utiliza las redes sociales y demás tecnologías informáticas para producir contenido diverso que comparte con sus contactos o seguidores.

Es muy diferente al líder de opinión ya que, mientras éste último es una persona que se especializa en determinados temas, como los periodistas, los escritores o los pintores, con el objetivo de educar, informar u orientar, los influencers sólo lo hacen para divertir a sus legiones de fans.

Un caso que ha causado indignación ocurrió en la ciudad de Guadalajara.

Tres influencers de Instagram que se hacen llamar “Las Chiquirrucas” fueron acusados por directivos de la organización no gubernamental Dignidad y Justicia en el Camino, A.C., también conocida FM4 Paso Libre, así como la Casa del Migrante de Saltillo, ambas instituciones dedicadas a dar apoyo a los migrantes nacionales y extranjeros.

A “Las Chiquirrucas” se les ocurrió la brillante idea-para aumentar su número de “likes”- de acudir al albergue “Dignidad y Justicia en el Camino, A.C.”

Una vez que estuvieron ante sus puertas, llegaron a donde estaba un joven migrante centroamericano, al cual le ofrecieron 500 pesos a cambio de que se dejara tocar los genitales.

Dada la necesidad apremiante que muchos de ellos tienen, al salir de su país expulsados por la extrema pobreza, el joven accedió.

La acción se transmitió en vivo en la cuenta de Instagram @laschiquirrucas, que tiene unos 31 mil seguidores.

Luego de la “travesura”, l0s tres jóvenes influencers, identificados como Juan Carlos Villalobos (@jcvillalobos), Fer Rivera (@feeriveraaa) y Gabriel Roth (@el.muneco.acosta) se retiraron del lugar, burlándose del migrante, a quien decían que el billete era falso.

Entre los mensajes que dieron a sus seguidores, señalaron que “cuando quieran un migrante, esa era la casa del migrante”.

Directivos de ambas asociaciones condenaron el abuso y la burla contra uno de los sectores más vulnerables del país, los migrantes, que muchas veces se convierten en tema de diversión para los llamados influencers y que este tipo de comportamientos son motivo de diversión para las personas que los siguen.

Al entrar a la página de Instagram de “Las Chiquirrucas”, se observan una serie de fotografías donde los cinco jóvenes que comparten la cuenta usan ropa y maquillaje de mujer.

No fue posible localizar el video en las redes sociales, ya que fue eliminado.

No obstante, algunos comentarios fueron: “Estos idiotas influencers no entienden… ¿qué parte de ‘no debes abusar ni burlarte de los demás? no entienden?” u “Exigimos que en la vida pública y privada, las personas no se aprovechen de las necesidades económicas de las personas migrantes y refugiados para satisfacer sus necesidades sexuales y/o rating”.

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