Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-Nortexit

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Por Pegaso

Voy a decirlo bien claro: En este momento no tenemos un México, sino dos.

Tenemos el México de los pobres, que adoran a un aprendiz de dictadorzuelo y el México de los que no están de acuerdo con él.

Eso es una realidad. Nadie lo puede rebatir.

Lo malo de todo es que, al menos en intención, la división ideológica puede pasar a ser una división geográfica.

Ya hace varios años se habló del “Nortexit”, algo similar al famoso “Brexit”, que fue la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Ya se ha descartado esa posibilidad, pero, quién sabe. En política nunca se debe dar nada por sentado y como puede ser una cosa, puede ser otra, tengo o no tengo razón, como decía “La Chimoltrufia”.

La parte norte de México estaría integrada por los Estados que producen más riqueza: Baja California Norte, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Durango, Sinaloa, Zacatecas, Nayarit, Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí, Nuevo León y Tamaulipas.

Y en la parte sur, los menos productivos, donde hay más gente que se conforma con seguir en la pobreza, que jamás ha tenido el sacrílego pensamiento de aspirar a algo mejor, que quiere tener solo un pantalón, un par de zapatos, una camisa; que por seguir al viejito mañoso, frívolo, díscolo, socarrón y marrullero, están dispuestos a prescindir del servicio de televisión por cable, las moconovelas, los cigarros, el chesco, el bailongo, el pollo asado, los tacos de trompa, nana, buche y nenecuil, y el sabroso chupe los fines de semana (todo eso es capitalista y neoliberal).

También dicen que es bueno no enterarse de las noticias, porque solo pura violencia difunden. La libertad de expresión, en un mundo como el que describimos líneas arriba, no es necesaria.

Siendo la parte sur del país la más cercana geográficamente a Cuba, es de suponer que habrá un fuerte intercambio cultural con la isla, donde sus habitantes pueden enseñar a los mexicanos del sur cómo hacer que sus carros viejitos funcionen sin refacciones originales ni gasolina.

No existiría impedimento alguno para que se le adhieran a ese México del Sur, Guatemala, Honduras y el Salvador, ya que la mayoría de sus habitantes ya están en nuestro territorio.

La política de Bukele de meter a la cárcel a todos los zarrapastrosos delincuentes de El Salvador ha dado buenos frutos, al menos para ellos, pero no para nosotros, que estamos batallando porque todos se vienen para acá.

Si se retoma la idea del “Nortexit”, yo propondría que se haga un muro más grande que el de Trump, para que los chairos no quieran saltarse hacia México del Norte cuando se le acabe el dinero que reparte entre ninis y viejitos a #YaSabenQuien.

Conforme vayan despertando, se van a querer venir hacia el norte, pero eso no se vale.

Tendrían que quedarse a morir de inanición con su adorado viejecito que, quiéranlo que no, seguirá estando presente aún después de que termine su sexenio, como asesor plenipotenciario, guía moral y Comandante Supremo de la 4T.

Y mientras tanto, el México del Norte, con capital en Monterrey, seguiría con su malvado capitalismo y diabólico neoliberalismo, generando riqueza para la raza que le eche ganas en el trabajo o tenga talento para crear cosas nuevas y valiosas.

No es utopía, porque aunque en la Constitución dice que los Estados forman parte de un Pacto Federal, siempre hay manera de sacarle la vuelta. Hace falta nomás quién le ponga el cascabel al gato.

Y nos quedamos con el refrán estilo Pegaso que dice así: “Nos identificamos como operadores de binomio  bovino y el sendero recorremos”. (Arrieros somos y en el camino andamos).