Por Pegaso
Como en las carreras de caballos, este lunes a muy temprana hora… ¡qué digo a temprana hora!… ¡de madrugada!… los candidatos a la presidencia municipal y diputados locales arrancan sus respectivas campañas políticas.
Participan cuatro cuacos bien entrones y echados para adelante, en busca de ser el próximo alcalde de Reynosa.
A partir de mañana los vamos a ver hasta en la sopa, saludando viejas fodongas, cargando niños zarrapastrosos y comiendo frijolitos en bola con su chesco.
Andarán las colonias. Si llueve, se llenarán de lodo los caros zapatos de marca y si hace calor, de polvo.
Como decían los viejos políticos de antes: Una campaña política se gana con las tres “S”: Sudor, saliva y suela, lo que significa que todos tendrán que ir a echar el bofe, caminar cuadras enteras, visitar casa por casa a la ciudadanía y prometer mucho.
Aunque hay que decirlo: Ya las campañas no son como antes.
Ahora están más por las redes sociales. Los boletines de prensa se hacen llegar a los medios de comunicación por grupos de WhatsApp. Ya no aparecen en los periódicos impresos aquellos desplegados de una o media página, que se llenaban con muchas fotos y un choro mareador.
Es la época de las “fake news”, de la guerra sucia, de las verdades a medias.
En elecciones pasadas, cada partido político armó un equipo para cazar “mapaches” electorales.
De improviso, se notificaba a los medios que habían agarrado a la líder fulana con un chorro de despensas, o al personaje sutano con un maletín repleto de billetes.
Generalmente caían a la cárcel una o dos personas de cada bando y después de la elección se les dejaba libres, pero por lo pronto, el golpe mediático ahí estaba, y mucha gente se creía lo que leían o veían.
En esta campaña que arrancó al primer segundo de hoy lunes, se espera una de las más intensas batallas electorales. Hay quien enarbolará el tema de la corrupción, de los Carmona, de la inseguridad y de todo lo que se pueda usar como arma política.
Como dice el viejo y conocido refrán: En la guerra y el amor todo se vale.
Alguien decía por ahí: Si quieres saber tus más oscuros secretos, métete de político. Y es cierto. Ahora la facilidad con que se puede intervenir un teléfono para grabar conversaciones o la miniaturización de las cámaras de video, ponen a cualquiera en la mira.
El asunto es que a partir del arranque de la campaña los candidatos se darán hasta con la cubeta. Corresponde a los ciudadanos diferenciar entre lo que es guerra sucia y lo que es verdad.
Los cuatro aspirantes a alcaldes y los chorromil candidatos a diputados locales presentarán sus propuestas y harán muchas promesas que no podrán cumplir.
También en este sentido los votantes estarán en disposición de reclamar a los ganadores si no cumplen con lo prometido y reconocerles si cumplen.
Cada uno tendrá un tope de gastos de campaña. El INE va a estar vigilante de que no se pasen y los va a basculear completitos.
Por ejemplo, me decían que si un reportero va a un evento invitado, si el INE se entera, contabilizará como un salario mínimo diario. Y así, por cada silla rentada, por cada gorra o cada tríptico que regalen los candidatos sumará a los gastos de campaña. Y el INE tiene un estandarizado de precios, donde una gorra que a alguien puede costarle 15 pesos, el Instituto la ha tasado en 25.
Nos vamos con el refrán estilo Pegaso, cortesía del recordado Othoniel Ochoa que dice así: “Tal como dictaminan los estándares”. (Como ordenan los cánones).