Por Pegaso
Decir que al aumentar el salario mínimo aumenta el sueldo de los trabajadores, es un burdo engaño.
No me lo crean a mí, sino a Luis Pazos, uno de los economistas más destacados del país.
Luis Pazos explica en un video cómo el gobierno del cabecita de algodón, mejor conocido como ALMO, #YSQ y “El Rorro de Macuspana” asegura y se regodea de los aumentos al salario mínimo, como si eso significara que el salario real también aumentara en el mismo porcentaje.
Dice Pazos que si salir de la pobreza consistiera en aumentar el salario por decreto, entonces no habría pobreza en ninguna parte del mundo.
Hay regiones de África donde una familia vive solo con un dólar al día. Supongamos que el gobierno decide de pronto decir: “Voy a aumentar el salario mínimo un 1000%”, no significa que por arte de magia la misma gente amolada vaya a tener 10 dólares diarios para vivir.
Así es en México. En la zona norte del país nadie gana un salario mínimo. La inmensa mayoría de los trabajadores obtienen 2.5 y hasta 3 veces el salario mínimo.
Cuando era de 87 pesos, hace 4 años, un trabajador promedio obtenía entre 250 y 300 pesos diarios, es decir, entre 1,800 y 2,100 por semana.
Ahora, cuando el salario mínimo es de 312 pesos en la franja fronteriza, apenas alcanza a emparejarse con el salario real, pero el poder adquisitivo de este último cayó por efecto de la inflación, y con esto se volvió a abrir la brecha.
Ahora bien, la promesa para el 2024 es subir un 20% el salario mínimo, lo que representa que en la franja fronteriza será de 374.89 pesos diarios.
Todas las empresas estarán obligadas a pagar como mínimo esa cantidad, pero en términos de economía familiar no representa una mejora importante.
Recordemos que el salario mínimo es solo un referente económico. Un referente para establecer los montos de las multas de tránsito o fiscales.
Por ejemplo, si usted se pasa un alto, le cobran, por decir, 10 salario mínimos. A partir del 2024 se le seguirán cobrando esos mismos 10 salarios mínimos, pero si en el 2023 pagaba 3,200 pesos, ahora va a tener que pagar 3,740 pesos. ¿Ve dónde está el engaño?
El Gobierno utiliza una figura retórica llamada falacia.
La falacia está definida como un engaño o una mentira que se esconde bajo algo, en especial cuando se pone de manifiesto su falta de verdad. Toda falacia es un razonamiento que vulnera alguna regla lógica.
La falacia es en sí misma, un sofisma. El sofisma es un argumento falso que pretende hacerse pasar por verdadero.
Por dar un ejemplo de falacia o sofisma: Hay personas rubias. Yo soy una persona. Por lo tanto, yo soy rubio.
Aumentar artificialmente el valor del salario mínimo es inflacionario. No me imagino yo a una empresa que pagaba 100 pesos antes y ahora se vea obligada a pagar 150 a sus trabajadores y que absorba ella sola ese costo. Eventualmente tendrá que trasladarlo al precio final de su producto o servicio.
Son leyes de la economía, no mías.
Y si el Pejidente quiere subir a mil pesos diarios el salario mínimo, simplemente las compañías que emplean a miles de personas le van a recordar a su mamacita linda porque eso no puede ser posible.
Si hacemos un cálculo, lo que una familia de 4 miembros requiere para vivir supera los 500 pesos diarios.
Basta decir que todos los días tiene que comprar tortillas, tres comidas diarias para cada uno, gasolina o pasaje, pago de luz, de agua, de teléfono, ropa, gastos imprevistos y párele de contar. Si sumamos todo eso y lo promediamos diario, pasa con creces esa cantidad.
Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Es falso que la totalidad de lo que emite resplandor es metal áureo”. (No todo lo que brilla es oro).