Por Pegaso
Como dice el conocido refrán: “El que obra mal, no se endereza jamás”… No. “Árbol que nace torcido, se le pudre el tamal”… No. Bueno, la idea es esa,-como decía el Chapulín Colorado.
El Gobierno actual que encabeza -valga la rebuznancia- Cabeza de Vaca, parecía que iba a empezar muy bien, porque siempre lo he dicho: Fue un buen candidato, igual que el actual Pejidente ALMO, pero después chafearon gachamente. Pronto el anhelo de poder y la ambición los corrompió.
Pero lo que es en Tamaulipas, nomás llegando, empezaron a mochar cabezas y a romper ilusiones. Cabeza –otra vez valga la rebuznancia- se llevó a mucha gente de Reynosa para sustituir a los priístas que estaban en los mandos medios y bajos del Gobierno del Estado.
Pronto se vio que a los panistas de cepa, a los que anduvieron partiéndose la máuser en la campaña, los mandó por un tubo y no les dio chamba.
Más adelante, a mediación de su administración, empezó a premiar a priístas que le seguían el juego, empezando con el ex líder campesino, diputado en la 64 Legislatura, Florentino Sáenz Cobos y continuó con Yalheel Abdalá Carmona, actual Secretaria de Desarrollo Social, ambos, ex dirigentes estatales del PRI, el partido al que siempre calificó de corrupto, y algunos otros, como la líder local priísta, también diputada local Olga Garza.
A lo largo y ancho de Tamaulipas, Cabeza de Vaca deja un regimiento de panistas inconformes, panistas que ahora le van a cobrar la factura al rechazar a su discípulo Luis René “El Cacharro” Cantú para que repita como Presidente del Comité Directivo Estatal.
Desde hace varios días se habla en las redes sociales que la única persona que podría disputar la dirigencia estatal del PAN es el ex candidato a gobernador, José Julián Sacramento.
Surgido de las filas del panismo tradicional, está aglutinando en torno suyo a todos los inconformes.
No por nada se dice también que la doctora Maki Ortiz, ex presidenta municipal de Reynosa y el ex alcalde de Nuevo Laredo, Carlos Cantú Rosas, lo están apoyando por abajo del agua.
Recordemos que durante muchos años Cabeza de Vaca ha mantenido una constate persecución en contra de Maki, y ahora de su hijo, el actual alcalde de Reynosa.
Esto obligó a que Maki renunciara a su militancia de muchos años en el partido blanquiazul y aceptara jugársela con MORENA.
Sin embargo, parece ser que regresará por sus fueros, con bastantes posibilidades de éxito, porque hasta hoy, Cabeza de Vaca no ha podido ganarle una sola, pese a que sigue utilizando todo el poder de las instituciones que encabeza, -valga de nuevo la rebuznancia.
Quitarle el poder que tiene Cabeza sobre el PAN de Tamaulipas es tan necesario, como quitarle el aguijón a un alacrán o la ponzoña a una serpiente para que deje de ser un peligro.
Ya solo le falta poco más de un mes para que deje la silla que estuvo peyendo por seis años y se vaya con sus tiliches a echar pulgas a otro lugar, porque ¡de que se va, se va!¡De que se va, se va!
Pero como aún tiene en sus manos a las instituciones, no se irá sin dejarle un desmadre al que viene.
La última y desesperada patada de ahogado ha sido metida con calzador en las redes sociales: Quesque el Tribunal Federal Electoral (TRIFE) dictaminará que se anulan las elecciones para gobernador del Estado ¡Hágame el recabrón favor!
Que porque intervino el crimen organizado, que si los Carmona le prestaron al candidato su avión… El propio Cabeza de Vaca fue apoyado, durante su campaña en el 2015 para gobernador, por la columna armada “Pedro J. Méndez” y también por los hermanos Carmona, pero después de alcanzar el poder los hizo a un lado y éstos voltearon hacia otros derroteros.
Esa triquiñuela de querer engañar a la opinión pública con una impugnación que no tiene fundamento, será desechada, y el 30 de septiembre el TRIFE dará su veredicto favorable al candidato ganador, porque a final de cuentas, las elecciones se ganan con votos, no con argucias legaloides, como pretende el desaforado gobernador.
Viene el refrán estilo Pegaso: “El párvulo es flatulante y tú proporcionándole habichuelas”. (El niño es pedorro y tú dándole frijoles).