Por Jesús Rivera
“Nunca estuvieron tan cerca”,-es el eslogan que acompaña la publicidad de la exposición “Tierra de dinosaurios”, que se presenta del 6 de junio al 10 de julio en el auditorio ExpoTam, en el Parque Cultural Reynosa.
Pero aunque la cantidad de piezas que se muestran puede ser similar a las que se pueden ver en museos permanentes, como el “Museo del Desierto” de Coahuila y otros que presentan restos fósiles de animales extintos, la mayoría de ellas son réplicas de tamaño real, y solo algunas son originales.
Si es usted aficionado a los dinosaurios o si conoce algo del tema, puede que salga decepcionado, porque esta exhibición está más bien dirigida al público infantil.
Todos los días, desde temprana hora, llegan al recinto camiones repletos de escolapios de preescolar y primaria. A ellos les fascina todo lo relacionado con los grandes lagartos que caminaron en la tierra hace más de 60 millones de años.
Ese interés por los dinosaurios se disparó con la película “Jurassic Park” y sus secuelas.
Mauricio Hernández, Director de Operaciones del museo itinerante “Tierra de Dinosaurios”, apuntó que a diferencia de una exhibición, esta muestra sí presenta algunas piezas originales.
El recorrido que se ofrece para los visitantes, -luego de pagar 99 pesos por adulto, 70 por niños, 70 pesos por adultos mayores con tarjeta de INAPAM y niños con capacidades diferentes no pagan- se realiza en 35 minutos, con guías en cada sala.
Este museo itinerante cuenta con 18 piezas originales, entre fósiles, amonites y otros restos fósiles.
El resto son réplicas en tamaño real.
En la primera sala se encuentran reproducciones de un hueso de Alamasaurus sanjuanensis, un surópodo que vivió a finales del cretáceo, hace unos 66 millones de años.
Metros más adelante hay una serie de planchas rectangulares donde se aprecian réplicas de peces extintos, así como un reptil marino llamado Vallecillosaurus, cuyo descubrimiento se atribuye a un gobernador de Coahuila.
De hecho, dijo el Director de Operaciones, la mayoría de los fósiles y réplicas que se exhiben en la primera sala corresponden a ejemplares encontrados en México.
Las segunda sala presenta ráplicas de esqueletos de un triceratops, un basilosaurio y un tiranosaurio rex, todos en tamaño real..
Aunque los adultos también disfrutan de esta exhibición, son los niños los que echan a volar la imaginación y piensan que viven una aventura jurásica, al lado de los hervívoros y carnívoros que poblaron los continentes antes de la caída del meteorito que acabó con la mayoría de ellos.
En la tercera sala se ven representaciones de cómo pudieron haber sido los dinosaurios cuando estaban vivos.
Hay un triceratops en tamaño real, un terrorífico espinosaurio, un ornitolestes, que eran algo así como los lobos o chacales del cretácico y un gigantesco braquiosaurio acosado por un depredador.
El recorrido de poco más de media hora incluye la explicación de los guías y la música ambiental inspirada en el soundtrack de “Jurassic Park”.
